Nosotros siempre apostaremos por la innovación y la diferencia. Pero la diferencia por la diferencia no vale, tiene que existir un valor añadido para el cliente, tiene que ser interesante, relevante.
Ryanair por ejemplo está barajando diversas opciones para diferenciarse y para abaratar costes, analicemos las posibilidades en términos de estrategia de marca:
1- La eliminación, de todos los mostradores de facturación es una medida que permite reducir precios y que además tiene dos ventajas añadidas para el usuario, en primer lugar ahorro de tiempo (el que se pierde en el mostrador) y también la comodidad para la mayoría de hacerlo todo por Internet.
2- Cobrar una libra (1,12 euros) a los pasajeros por usar los servicios a bordo es otra alternativa que están analizando. No habrá valor añadido, más bien al contrario, pero si eso repercute en el precio del servicio global, a pesar de lo anterior y en la medida que a nivel de percepción encajaría dentro de lo “permitido” como un elemento extra más (se está pagando ya por la comida y bebida, por el exceso de equipaje…) y conocido (en algunos bares y discotecas tienes que pagar para utilizar el servicio) probablemente será aceptado.
3- Más dudas genera la posibilidad de reducir el número de asientos y adaptar sus aviones para llevar a algunos de sus pasajeros de pie.
Que la gente viaje en un «asiento vertical podría permitir que la línea aérea con base en Dublín lleve hasta 50 por ciento más pasajeros., pero ¿Habrán investigado bien?, ¿habrán calibrado bien las consecuencias?
Es cierto que el glamour de viajar en avión se ha perdido y también es cierto que las barreras entre lo que es low cost y lo que no lo es están desapareciendo gracias, en parte, a los motores de búsqueda de las agencias de viajes por Internet (ante mismo aeropuerto de salida y de destino, los horarios y el precio son más relevante para la mayoría que la compañía). Pero, si Ryanair opta por esa solución, es posible que algunas de esas agencias de viajes por Internet tengan que incluir una casilla en la búsqueda de compañías Similar a la siguiente: a descartar en el rastreo. …
Habrá que ver si Ryanair obtiene los permisos, cuánto se reduce el precio y qué supone a nivel de imagen de marca dicha medida.
Si la única manera de viajar barato es hacerlo de pié, es posible que algunos jóvenes (principales clientes de Ryanair) se replanteen la posibilidad de recuperar el placer de viajar y sentido del viajero y no tanto del turista. Quizá y sólo quizá, Ryanair acabe ayudando indirectamente al movimiento slow travel con otros medios de transporte.
El problema de las marcas que van a precio es que siempre hay alguien que puede o podrá ser más barata.
Por tanto, acabarán muriendo por el precio.
Miguel Yáñez Orellana
Director general Primero Estrategia